Relato Erótico: La Novia de mi Sobrino
A mi edad jamás pensé tener la oportunidad de disfrutar de semejante monumento, pues ella no solo se volvió mi fantasía… Sino que sería el mejor polvo que jamas tuve…
Sofía era la novia de Gabriel, mi sobrino. Era bastante alta, 19 años, morenita de cabellos lacios hasta la cintura, hermosa de cara (representaba muchos años menos), de tetas justas y firmes, cintura de avispa y cola levantada … un dibujo por donde se la mirara.
Era – como ya les dije – la novia de un sobrino de mi mujer a la que veíamos en reuniones familiares … era de esas pendejas que un tipo de mas de 40 como yo nos deja babeando y que nos cuesta disimular.
La empresa donde trabajo iba a poner un stand en una exposición de nivel internacional y me tocaba a mí, como supervisor de Ventas, estar a cargo de todo el tema.
Como necesitábamos una promotora me acordé de Sofi, así que decidí llamar a mi sobrino para que me comunicara con ella.
Gabriel sin preguntarme nada me pasó el número para que la llamara, cosa que hice inmediatamente. Una ves al telefono le comenté cuál sería su tarea, los días que tendría que estar y la paga – que era sumamente buena- , a lo que ella contestó que sí sin dudarlo.
» … pasá hoy por casa así te termino de explicar …» terminé la llamada.
Esa tarde, cerca de las 6 pm. Sofía estaba ante mí … vestida con un jean licra que parecía pegado a su piel, bronceada y con un top que resaltaban sus tetas uff… ella sabía que estaba buena y no mezquinaba mostrarse.
Yo: » … mirá Sofi, son 5 días la duración de la exposición, te damos la ropa y tu función es coquetear mientras repartes folletos invitando a entrar al stand a la mayor cantidad de gente posible … si logramos cierto número de adherentes se te va a pagar un premio adicional …» le comenté
» … Sí Alex !!!, de una … necesito unas chauchas y prácticamente no hay que hacer nada !! …! rió contenta.
» … ven mañana a la oficina después del mediodía y te probás la ropa …» y nos despedimos con un beso.
Sofía llegó cerca de las 2 de la tarde a mi oficina, contorneando su figura ante la mirada de un montón de babosos compañeros de oficina … su perfume dejaba la estela por donde ella pasaba.
» … hola Alex ! …» dijo poniéndose en puntas de pie para abrazarme y darme un beso mientras yo observaba en el espejo la imagen de su cola.
Se sentó frente a mí y le seguí comentando el plan de trabajo.
» … el jueves vienes 07h30 de la mañana y te vas conmigo en el auto de la empresa hasta Manta (la ciudad donde se hacía la expo). Instalamos el stand y comemos algo, la cosa empieza a las 15 hs. y termina 21, así que nos venimos para acá. El viernes te paso a buscar por tu casa si quieres y nos vamos todo el día … el sábado sí ya cambia la cosa, nos tenemos que quedar allá porque no voy a tener el vehículo de la empresa y además termina muy tarde, así que seguramente iremos a un hotel a dormir para empezar el domingo a full … esa noche también nos quedamos a dormir para el lunes temprano desinstalar todo y volver …» le expliqué…. «…ahora pruebate la ropa por favor ..» agregué
El vestuario era un tipo de catsuit celeste y blanco de tela alicrada con escote tipo muy abierto en la parte superior, se lo entregué y salí de la oficina para permitir que se cambiara.
Luego de unos minutos abrió la puerta invitándome a pasar.
Casi me muero … era un infierno !!! … mi pene daba saltos dentro del calzoncillo …. sus pezones se marcaban de una manera exquisita, sensual, sin ser agresivos — y su cola era la perfección,.. la pendeja sabía el efecto que me causaba y giraba sobre sí preguntando si le quedaba bien.
» … eh … sí …perfecto… solo que se te marca mucho la panocha …» dije como un menso:
» … pero Alex !! … con esto llevo un hilo dental o directamente sin ropa interior …» dijo como que fuera lo más normal del mundo.
La tomé de la mano y poniendo la otra sobre su cintura la hice girar … Sofía sacaba nalgas cada vez que quedaba cerca de mí … la solté y ella se apoyó en el escritorio y levantando aún más su culo empezó a menearse suavemente …
Bien puta ella …» dijo lanzando una carcajada.
» … yo entro al stand aunque sea solo para ver ese culo mas de cerca …» acoté riendo.
» … jaja …tu eres de los que no dudaría en invitarme a tomar algo —» dijo de manera pícara.
» … es cierto … empezaríamos tomado algo…» respondí siguiendo su juego
» … sacate la ropa, te queda perfecta…»
» … ay tío !! adelante tuyo querés que me saque la ropa ?…» lanzó tomándose el pelo y mordiéndolo con aires de gata.
Reímos y salí de mi oficina tapando con mis manos en los bolsillos la erección que era indisimulable.
Se despidió de mí quedando en estar a la hora y día fijados, al despedirse me dijo al oído:
» … cuando esté saliendo te prometo que te devuelvo los ojos que me dejaste pegados al culo ..» y me dio un beso marchándose.
El jueves sería el primer día de unos cuantos donde el placer se mezcla con el trabajo… >
Ese jueves Sofia llegó a la hora señalada: cara lavada, calza multicolor y camiseta haciendo juego … estaba hermosa, sobre todo por las bolsitas que se habían formado en sus ojos producto de levantarse tan temprano.
Cargamos los folletos y partimos hacia Manta donde nos esperarían un par de vendedores de la sucursal local para ayudarnos a armar el stand … teníamos por delante algo así como una hora y media de viaje.
» … quieres un poco de café? …. preguntó
» … de una… junto al bolso hay unas galletas que compré camino a la oficina …».
Sofía se sentó tipo «chinito» y se puso a preparar el café. Su rodilla ocupaba más allá de su asiento, llegando casi hasta el mío: » … querés que corra la pierna o no te molesta ? …» dijo mientras se acomodaba.
» … no, está bien, dejala ahí … no hay problema …» respondí.
Luego de unos minutos de viaje y ya habiendo dejado de tomar café iniciamos una conversación que fue calentando el ambiente.
» … qué dijo Gabriel de tu trabajo de promotora ? le molestó ? quise saber.
» … no … en realidad Gabriel no sabe nada que yo trabajo este fin de semana … bueno, a decir verdad Gaby no sabe nada de mí desde hace casi dos meses … nosotros no andamos más de novio …» confesó ella.
La miré sorprendido … ella rió.
» … qué mirás así ? soy una niña soltera ahora ! … casi una monja … imaginate … dos meses sin coger!! …» y lanzó una carcajada que dejaba ver su dentadura perfecta.
» … perdón, no sabía …» atiné a decir e instintivamente puse mi mano sobre su rodilla en un acto de consuelo.
» … tampoco es el fin del mundo … algo me dice que este finde voy a tener una alegría …» agregó poniendo en alerta mi pene que había comenzado a tomar temperatura de a poco.
La imagen que me regalaba el sol entrando por el lado de su ventanilla era maravillosa: los rayos parecían dibujar el contorno de sus pechos y me permitía ver cómo se marcaban sus pezones … y yo con una erección muy evidente.
Llagamos al predio y nos estaban esperando la gente de nuestra sucursal local. Durante la mañana armamos el stand y cerca de las 13 hs. fuimos a almorzar. A las 16 hs. se inauguraba la muestra.
Media hora antes de la apertura Sofia estaba cambiada: su pelo planchado, sus ojos pintados estilo gata, los labios color mora …el uniforme le quedaba de maravillas … sus pechos elevados y firmes, sus nalgas un regalo del cielo, pero me llamó la atención que no se le marcaba la panocha.
» … Sofi … te queda espectacular ! cómo hiciste para que no se te note la panocha ?
» … fácil, no traigo ropa interior …» me dijo al oído riendo, y tomando una de mis manos la guió recorriendo su espalda hasta sus muslos … » … viste que no tengo nada puesto ? y se marchó hacia donde comenzaba el movimiento de gente meneando su culo, con el uniforme metido entre sus nalgas …
A las 21 hs. exactas se cerró el predio, la tarde resultó aburrida ya que quienes recorrían la expo eran empresarios y autoridades locales, esa primera tarde eran entradas de protocolo, mañana sería nuestro primer día de trabajo en serio.
Volvimos a nuestra Guayaquil luego de dejar a los otros dos vendedores cerca de sus casas.
Sofia seguía con el uniforme puesto, la oscuridad de la ruta no me permitía ver mucho, pero mi imaginación volaba.
Al llegar a su casa se despidió de mí con un suave pero prolongado besa en mi mejilla mientras con una mano me acariciaba la cara.
» … gracias por esta oportunidad de trabajo «tío» … algún día espero poder retribuirte lo que hiciste por mí …» dijo casi susurrando, cosa que lo único que hizo fue lograr que mi pene se pusiera duro al instante.
» … no mi amor !!! gracias a ti por haber aceptado, sino tendría que haber salido a buscar a alguien y no tenía tanto tiempo, además te queda a la medida el uniforme … mañana te paso a buscar, no te olvides …»
Rió y bajó del auto. Caminó hacia su casa con pasos largos … sus caderas se movían maravillosamente haciendo que llevase una mano a mi pene y lo acaricie … esa noche cojí con mi mujer a lo bestia, acabándole entre sus tetas pensando en la mamasita de Sofi …
La mañana del viernes ya venía calurosa, pero mi sorpresa fue verla salir de su casa rumbo al auto: vestía minifalda de jean y una blusa básica blanca que con el fresco de esa hora marcaba en forma violenta los pezones.
Sofía subió, me besó – esta vez muy cerca de mis labios – y con esa carita de recién levantada preguntó si empezaba el café.
Al contestarle que sí, se acomodó como el día anterior, poniendo sus piernas como chinito, solo que esta vez la mini quedó casi a la altura de su cintura permitiéndome observar su interior blanco.
» … bueno … al menos esta vez puedo ver que traés interior!! … dije abriendo los ojos.
Sofía rió y largó: » … no te molesta que se vea un poquito no ?? …
» … para nada, me pone feliz …» dije y reímos los dos.
» … Ay, ay, ay .. con qué poco te hago feliz !! … voy a pensar entonces en ver cómo hago para darte un poco más de felicidad, después de todo debo ser agradecida con el que me consiguió el trabajo …» y me guiñó un ojo.
Puse mi mano sobre su rodilla, acariciándola, mientras ella comenzaba a subir su blusa dejando su cintura libre.
» … voy a aprovechar a tomar sol, no creas que me estoy desnudando … al menos por ahora …» y soltó una carcajada mientras empezaba a servir café.
Acomodé mi pene que obviamente se había puesto duro y observé que miró de reojo, casi sin disimulo … nos quedaba una hora de viaje y las fichas ya estaban sobre la mesa.
Llegamos … Sofia se cambió y comenzó a hacer su trabajo. Al mediodía fuimos al mismo comedor del día anterior.
Luego de almorzar subimos al auto y fuimos en busca de un hotel para las noches de sábado y domingo. Manta es una ciudad muy grande, es principalmente una ciudad playa, por lo que no había muchos hoteles disponibles esos días. El único que conseguimos tenía una sola habitación doble por lo que tendríamos que compartirla … mi cabeza volaba a mil aunque faltasen 24 hs. para que se diera ese momento. Sofia no dijo nada, solo que sería la primera en bañarse, eso era lo único que «no negociaba», a lo que accedí sin duda alguna, después de todo la tendría conmigo 48 horas.
Terminaba la jornada y una vez que cerraron el predio nos dedicamos a acomodar las cosas… me senté sobre el escritorio con las piernas abiertas y entró Sofía con cara de cansada… llegó hasta donde yo estaba y acomodándose entre mis piernas me abrazó.
» … uf ! estoy muerta … me cansaron estos tacos …»
Yo la rodeé por la cintura acariciando el nacimiento de su culo, pude comprobar que no había ropa interior … mi verga saltó endurecida, ella seguía ubicada ahí.
Me acomodé mejor haciéndole sentir mi bulto… Sofi no dijo nada, sólo soltó mi cuello y quedó frente a mi.
La abracé con ambos brazos por su cintura quedando cara a cara.
» … muy cansada ? .. pregunté
Y haciendo pucheros con su boca asintió con su cabeza.
Me volvió a abrazar y esta vez mi verga estaba a pleno en toda su raja … bajé del escritorio y dándole un beso en la frente le dije que nos vayamos a casa, mañana sería otro duro día, tan duro como mi verga en ese momento.
Nos despedimos de los vendedores – que miraban y no entendían nada – y abrazados nos fuimos al auto.
En el viaje de regreso ella se quedó dormida sobre mi hombro, yo mientras tanto acaricié sus piernas todos los minutos que duró el viaje.
La dejé en la puerta de su casa … se despidió con un pico, limpiando con sus dedos la pintura que había dejado en mis labios… los dos sabíamos que mañana no sería un día más.
Llegó el viernes y tal como habíamos quedado pasé a buscar a Sofía. Toqué el pito un par de veces y apareció ella, enfundada otra vez en esa maravillosa minifalda de jean y con una camisetita tipo top color pastel que contrastaba magníficamente con el color bronceado de su piel.
Subió de un salto y me regaló un rápido beso en los labios, ella intuía y se adelantaba a lo que los dos estábamos convencidos que iba a suceder.
Arrancamos el viaje y comenzó a preparar café para irnos despertando más, luego de lo cual se sentó «chinito» juntando sus pies y abriendo las piernas como siempre lo hacía … la blancura de su panocha, marcando el pliegue de su rajita, era perfecta: no habían pasado ni 5 minutos que había subido al auto y ya mi pija estaba como un garrote.
Apostando a ganador posé mi mano derecha sobre el interior de sus muslos … ella suspiró.
Mientras transcurría nuestra charla iba acariciando todo el largo de su pierna, hasta que nos detuvimos en una estación de servicio a comprar cosas para ir picando en el camino… cuando bajó, al darme la espalda, se levantó la mini dejándome ver su culo y giró riendo … teníamos algunos moteles de camino pero detenerme nos haría llegar tarde al evento.
Subió al carro y después de acomodar el termo se acercó a mi boca y la besó.
» … acuerdate que el baño no se negocia …» me dijo en voz baja y sensual.
» … estaba pensando en bañarnos juntos …» le dije y ella rió.
Tomó mi mano y la llevó directo a su entrepierna … pude notar que estaba mojada.
Tiró la cabeza hacia atrás y me pidió que apurásemos el viaje que no íbamos a llegar a tiempo.
La mañana transcurrió bastante movida, Sofía cada vez que podía y que nadie miraba, se acercaba y nos besábamos … yo aprovechaba a tocar todo su cuerpo que estaba pegado al uniforme de promoción.
Al mediodía pasamos por un comedor y almorzamos algo rápido para ir después directo al hotel a dejar los bolsos.
Entramos y Sofía se tiró en la cama, yo me puse a desempacar y ordenar papeles.
Levanté la vista y la pendeja venía caminando descalza (algo que me calienta full) con la parte superior del uniforme licrado bajado hasta la cintura…
Allí se me presentaban esas tetas adolescentes, duras, en punta … con esos pezones apenas visibles de un rosado pálido…
Cuando estuvo a mi lado la tomé de la cintura empujándola hacia mí…tomé un pecho con mi mano y lo acaricié … puse mi lengua sobre el pezón y haciendo círculos en él cada tanto lo mordía.
Sofia revolvía mi cabello con sus manos …
» … a la noche tío … a la noche por favor … ahora no, ya es hora de irnos …»
Para mis adentros la maldecía » … para qué puta viene en bolas si me va a cortar la viada!!!???? ..» pensaba yo.
Le subí el uniforme acomodándoselo, la besé en la boca y sin demostrarle mi enojo, le dije que terminara de vestirse y nos íbamos.
Demás está decir que no se me pasaron nunca las horas de espera, pero al final tuve mi recompensa.
Compramos unas hamburguesas, latas de cerveza y nos fuimos al hotel.
En la habitación fuimos derecho a la ducha, a los besos … bajé por completo su uniforme y quedó expuesta frente a mí: era hermosa, una pintura … ella jugando a ser una nenita llevó un dedo a su boca y lo hacía subir y bajar por el labio inferior, mordiéndolo cada tanto.
Yo, también desnudo, con mi pancita «cuarentona» y mi verga apuntando al techo disfrutaba de cada segundo, quien sabe si alguna otra vez se me daría estar con un monumento como Sofia.
Entramos a la ducha y comenzó a pajearme mientras me besaba … levanté un poco una de sus piernas y girándola hacia la pared la penetré … el sonido de su gemido cuando mi verga entró con fuerta lo llevo grabado en mis oídos.
Apoyada con sus manos en la pared, inclinaba el culito haciendo que mis movimientos no encontraran resistencia alguna, entrando y saliendo ritmicamente …
» … cogeme papi, cogeme …» susurraba entre gemidos
La calentura no jugaba a mi favor por lo que en unos diez minutos ya estaba listo para descargar, afortunadamente ella había acabado enseguida también.
» … dónde quieres la lechita Sofi ? … le pregunté
» … toda adentro … no desperdicies nada tío …»
Ese «tío» me ponía la piel de gallina. La agarré fuerte de la cintura y aceleré mi embestida llenándola a los pocos segundos … quedamos fundidos un rato largo mientras el agua de la ducha nos mojaba.
Nos secamos y desnudos como estábamos nos pusimos a comer las hamburguesas y tomar cerveza.
Con el aire acondicionado prendido a full me recosté, pudiendo desde esas posición verla en todo su esplendor.
Vino caminando lentamente hacia mí y gateando desde el borde de la cama hasta mi pecho comenzó a pasarme la lengua por todo el cuerpo … estiré mis brazos agarrándome de los barrotes del respaldo de la cama y cerrando los ojos la dejé que trabajara … me dediqué a gozar.
Sofí, luego de un largo rato de jugar con su lengua, me montó … puso sus brazos extendidos sobre mi pecho y comenzó a subir y bajar lentamente …
Movía su cadera haciendo que mi verga quedase casi afuera por completo para bajar de golpe y meterle hasta los huevos, yo acompañaba ese movimiento con mis manos en su cintura.
Después se dio vueltas (girando sin sacarse mi verga de adentro) y me brindó el maravilloso paisaje de ver su culo a 40 centimetros de distancia.
» … quiero ese culo …» dije rasguñando su espalda con mis dedos.
Giró su cabeza y mordiéndose el labio dijo: » … nunca cogí con alguien que sea tan directo …? y reímos los dos.
Se levantó despacio inclinándose hacia adelante y quedando en 4 patas… me acomodé y ella – antes – quiso pasarme la lengua para lubricar mi verga.
Con su mano izquierda guió la punta de mi cabeza hacia su vagina, la acomodó y después me tomó del muslo, empujando despacio hasta hacerla desaparecer dentro suyo.
Me puse sobre su espalda y la abracé rodeando su estómago… luego de un rato comenzó a mover ella su cadera hasta hacer que me vacíe en su culo.
Esperé unos minutos y saqué mi pija de su escondite, produciendo un volcán de leche que salía por su mojada vagina.
Nos fuimos a dar otra ducha y dormimos hasta el otro día.
Los dos días subsiguientes fueron de puro sexo … probó mi leche y adquirimos como costumbre que antes de dormirnos su culo sería quien recibiera la ración diaria.
Después del evento en Manta visité a Sofía en su casa al menos una vez a la semana por un año aproximadamente, fueron de mis días más felices … ella devolvía años a lo que decía mi documento, pero eran muchos años de diferencia y esto nos fue alejando.
Sofia quedó en mis retinas y en mi mente como una hembra infernal con cara de nenita y la que nunca pidió ni exigió nada más que pasarla bien, sin complicaciones.
A veces espero escuchar a mis espaldas esa voz diciéndome «hola tío …».
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